De las armas a la mano desnuda

Siempre se ha dicho que el Jujutsu nació de la necesidad del guerrero de enfrentarse a la lucha ante la circunstancia al haber perdido su arma, y esto es cierto, ya que en el fragor de la batalla, perder o romper la lanza o la espada era bastante común y había que ser capaz de defenderse hasta poder recuperarla o hacerse con otra arma.

No obstante, otro importante motivo para éínacimiento del Jujutsu fue que los guerreros japoneses se dieron cuenta de que la lucha, aunque fuese con espadas, no se mantenía siempre a una distan-lia ideal para el manejo del sable, sino que esa distancia se rompía a menudo y se acababa entrando en el complicado terreno de la lucha cuerpo a cuerpo. Es aquí en donde se halla quizás el punto de partida más consistente a la hora de considerar el origen del Jujutsu. Prueba de esto es la existencia de una serie de técnicas en las que los contendientes, en una distancia muy próxima, usaban sus espadas o las fundas de las mismas para derribar, luxar o inmovilizar a sus adversarios. Este sistema de lucha obedecía a diversas denominaciones y estaba estrechamente ligado al estudio del Kenjutsu. Las denominaciones más comunes para este grupo de técnicas de lucha fueron Kumiuchi. Ken-den o Salde, y fueron usadas en estilos como el Take-nouchi ryu o el Enshin ryu.

El siguiente paso en la evolución desde la esgrima hacia la lucha cuerpo a cuerpo fue un modo de pelea con armaduras en el que los luchadores usaban, además de agarres y proyecciones, espadas cortas, puñales o dagas para terminar el enfrentamiento. A esta modalidad de combate se te denominaba, entre otras formas, Ko-gusoku, Koshl no Mawari o Shito no Jutsu, y era estudiada en escuelas como la Takenouchi ryu, la Muso ryu, la Sektguchi ryu, la Hoki ryu, la Bokuden ryu, la Kaishin ryu, etc. Muy ligado a esta forma de lucha, aunque sin la presencia obligatoria de armas cortas punzantes, sería la lucha con armaduras, un paso más en el camino hacia la lucha sin armas, denominada con diferentes nombres como Yoroi Kumiuchi, Kassen Kumiuchi, Katchu Kumiuchi o Sen jo Kumiuchi. Esta forma de luchar, si bien recurría a veces a lás¡; armas cortas, principal¬mente se basaba en la: lucha sin armas, en la que se pretendía derribar al adversario para neutralizarlo o inmovilizarlo con el propio peso, con una estrangulación o luxación, o bien amarrándolo y, como he dicho, a veces, para rematarlo con un puñal o daga. Esta forma de lucha fue estudiada por escuelas como la Sekiguchi ryu, la Kito ryu, la Nagao ryu, la Rikishin ryu, etc.

En estos sistemas, como es natural, apenas se usaban técnicas de golpeo, ya que las armaduras impedían que los golpes tuvieran un efecto letal, de ahí que la gran mayoría de estilos tradicionales de Jujutsu carecieran casi totalmente de este tipo de ataques, más propios de las artes marciales chinas. No obstante, el golpeo existía en los sistemas clásicos japoneses, y cobraban especial importancia en algunos estilos, en los que más que una ayuda para realizar una proyección o luxación con éxito, acaparaban el protagonismo y se bastaban por sí mismos para vencer al adversario. Este es el caso de estilos como el Yagyu Shingan ryu, el Sho Sho ryu, el Yoshin ryu, el Shindo Yoshin ryu, etc. La parte de los sistemas de Jujutsu que se dedicaba a estudiar los golpes se designaba a menudo con términos como Kenpo, Shubaku, Hakuda o Hade, y algunos sistemas o estilos especializados en estas técnicas acabaron añadiendo a su nombre el término kenpo o hakuda, como es el-caso de los estilos Araki ryu Kenpo o Pudo Chisin ryu Hakuda.
Continuando en la línea evolutiva de los sistemas de combate cuerpo a cuerpo, el siguiente paso fue el de los guerreros que adaptaron los métodos de lucha con armaduras para poder ser ejecutados en ropas de calle. A estos métodos, aún militares o policiales, se les denominó Heifuku Kumiuchi o Suhada Kumiuchi. Esta forma de combate existe en estilos tradicionales como el Yagyu Shinkage ryu, el Enshin ryu, el Sekiguchi ryu y otros.

El siguiente paso en la evolución de estas artes fue el que llevó el Jujutsu desde el ámbito militar al ámbito civil. A esta modalidad de lucha adaptada para el ciudadano de a pie, ataviado con ropas normales y sin una preparación militar especial se le denominó Ippan Yawara, Shomin Yawara, o simplemente Goshin jutsu. En este nuevo enfoque del combate fueron pioneros estilos como el Nagao ryu o el Tenjin Myoshin ryu.

En definitiva, a partir del estudio del combate con armas, y a raíz de determinadas situaciones que se daban en la batalla (distancia corta, uso de espadas o puñales, atuendo con armadura, etc.) los samurai desarrollaron los rudimentos de lo que con el tiempo llegaría a ser el Jujutsu a mano desnuda.

Tipos de técnicas
Una característica de los estilos clásicos de Jujutsu era que el programa estaba normalmente dividido en diversos sistemas o tipos de técnicas que, armas y atuendo aparte, incluían apartados como:
Técnica realizada con «tessen» (abanico) perteneciente a la escuela Katayama Hoki ryu.
•Desarmes: Muto dori, Shiraha dori o Gyoi dori.
•Controles o arrestos: Torite, Musha dori o Hoshu.
•Golpes: Kenpo, Shubaku, Hade o Hakuda.
•Escapes: Hogure, Hodoku o Hogusu.
•Amarres: Hojo jutsu, Hobaku o Haya nawa.
•Métodos de resucitación: Kappo.
•Métodos para matar (usando los puntos vitales): Jintai Kyusho

No todas las escuelas estudiaban todos estos aspectos, y a veces un estilo estaba especializado en una u otra modalidad adquiriendo esa denominación e incluyendo en su nombre el del
apartado en el que estaba especializado. Así por ejemplo encontramos la Gunjin Kumiuchi Teishin ryu, especializada en lucha cuerpo a cuerpo con armaduras; la Hoki ryu Koshi no Mawari, especializada en lucha con armaduras y espadas cortas; la Ichiden ryu Torite, especializada en arrestos; el Kyushin ryu Kenpo, especializado en golpeo; o la Itatsu ryu Hojo jutsu, especializada en amarres.

Todas estas formas de encarar el combate, y algunas más, se basaban en distintas experiencias de lucha que obedecían a diferentes circunstancias, ya que, como es razonable pensar, no resultaba lo mismo pelear en un campo de batalla vistiendo una armadura, que defenderse de unos maleantes en la calle, librar un duelo, enfrentar una discusión subida de tono, hacer de escolta e Inmovilizar a un agresor, neutralizar un ataque armado, etc. Un maestro de lucha, empleado por un señor feudal, debía manejar todos los registros posibles y tenía que ser capaz de resolver todas las situaciones de peligro con el máximo de eficacia e incluso… de elegancia.

Método de práctica

Dado que las técnicas de lucha estaban directamente basadas en experiencias reales de combate, la forma de trabajar de estas escuelas se fundamentaba en un método situacional, es decir, en «técnicas» o situaciones preestablecidas de combate. Cada técnica respondía a una situación concreta, a un ataque determinado y codificaba la respuesta que se había demostrado como más adecuada, avalada por la propia experiencia real del creador de la escuela. Es decir, la mayoría de los estilos de Ju-jutsu trabajaban con lo que sería un muestrario preestablecido de casos y cómo resolverlos, y así han llegado hasta nosotros. Una prueba curiosa y significativa de esto es el caso de Takenouchi Hitachinosuke Hi-sakatsu, segundo gran maestro de la Takenouchi ryu, que desarrolló ocho técnicas denominadas «Hakkajo no Koto» en base a ocho desafíos que ganó. Además tuvo la ocurrencia de bautizar cada una de esas técnicas con el nombre del adversario

Al margen de las incidencias de las batallas, y una vez que éstas pasaron a la historia, muchos samurai tuvieron como fuente de experiencia lo que llamaban el «musha shugyo», una suerte de peregrinaje que realizaban, generalmente tras su certificación, en búsqueda de la madurez, como si se tratase de un periplo iniciático durante el cual se enfrentaban a desafíos, a intercambios técnicos, se exponían a las teorías de otros maestros, etc, etc. En el transcurso de este viaje muchos guerreros adquirían la experiencia definitiva acerca de la realidad del combate, ya que se exponían a numerosas situaciones de peligro; de hecho, muchos no terminaban su viaje y fallecían en algún enfrentamiento contra otro samurai, salteadores de caminos o al encarar cualquier peligro.

Esto es muy significativo, y resulta paradójico que estos estilos nacidos a la sombra de la realidad más contundente, en una época en la que la frontera entre la vida y la muerte era tan frágil, sean hoy en día ignorados, cuando tanto se habla de eficacia. Aquellos hombres conformaron sus estilos con experiencias reales de combates a vida o muerte; no dejemos que la ignorancia y el menosprecio extinga el enorme caudal de conocimiento que estos antiguos guerreros forjaron con su esfuerzo y su sangre.