Al lado del tatami, esperando la orden para desplazarse hasta los vestuarios, estaban las bolsas con hakamas y keikogi así como los Iaitô. A pocos metros unas mesas bien dispuestas estaban siendo organizadas por Kai Yasuko sensei con plantas, flores y ornamentos que iban a ser utilizados en breve durante el curso de Ikebana.

La gran pared de cristal del pabellón ofrecía a las 9:30 h. un espectáculo maravilloso de luces y sombras que abarcaba toda la sala favoreciendo un estado de ánimo apropiado para las disciplinas que nos proponíamos estudiar.
La pancarta de Japan Airlines y el cartel de Nihon Art parecían satisfechos con la idea de que ambos cursos se desarrollaran conjuntamente en tiempo y en espacio y daban luz verde para comenzar la sesión.
Kai sensei mostraba su predisposición a trabajar en detalle los cinco kata de la primera serie “GO-YO”: Shin, Ren, Sa, Yu y Sha por lo que demostraba detalles específicos importantes de cada kata y corregía a todos los asistentes desplazándose continuamente por el tatami. Sin duda la calidad de atención personal a cada participante ofrecida por Kai Kuniyuki fue muy alta y agradecida por todos nosotros de igual manera que a Pere Soler quien controlaba el tatami atendiendo al maestro y corrigiendo cualquier detalle que no consideraba suficientemente correcto.

La serie GO-YO siguió depurándose una y otra vez durante hora y media cuando se ofreció a los asistentes un descanso de diez minutos durante el cual Kai sensei aprovechó para demostrar algún kata superior y asombrar a los asistentes con la ejecución de algún kata de “Bokuden Ryu Iaido”, escuela de la cual es el 21º sucesor.
Satisfecho con el nivel apreciado en la serie GO-YO, Kai sensei se adentró en la exploración de la siguiente serie “GO-KA” trabajando sus cinco kata: Suigetsu, In Chu Yo, Yo Chu In, Hibiki Kaeshi y Hazumi.
Kai Kuniyuki insistió en la necesidad de un correcto trabajo de “koshi” para “cortar realmente” y demostró varios Bunkai con Pere Soler al mismo tiempo que introducía a los estudiantes más avanzados en conceptos hasta ahora desconocidos de posición, estrategia, situación, desplazamiento, envaine y desenvaine, “timing”, etc.
A las 12 h. la presencia del sol en el tatami era excesiva y las grandes persianas comenzaron a descender automáticamente permitiendo un estado de cierta penumbra en el pabellón con algunos rayos de sol que se colaban a través de las ventanas superiores.

Ante tal espectáculo de luz el esfuerzo constante en el trabajo de kata se me hacía aún más motivador  y agradable, acompañado por el silencio que se respiraba en el pabellón y el fresco aroma de las plantas y flores que formaban los Ikebana a escasos metros del tatami, experimentando una emoción difícil de expresar con palabras.
Para finalizar se volvió a realizar un minucioso estudio del ceremonial propio de la escuela Mugai Ryu Iaiheido despidiéndonos con un aplauso de agradecimiento al esfuerzo de Sensei y con la sensación de haber recibido una página más de una tradición que comenzó su andadura hace más de tres siglos en el Japón feudal y ahora teníamos la oportunidad de estudiarla directamente bajo la supervisión del máximo responsable de su transmisión, el 19º Soke Kai Kuniyuki Taishin.
Autor: Víctor Herrero